Ateneo
de la Juventud Mexicana
El Ateneo de la Juventud Mexicana, más
adelante conocido como el Ateneo de México, fue una asociación civil mexicana nacida el 28 de octubre de 1909 para trabajar por la cultura y el arte,
organizando reuniones y debates públicos. Surgió como una vigorosa respuesta de
una generación de jóvenes intelectuales quienes, en el ocaso del Porfirito, adelantan una serie de críticas al determinismo y mecanicismo del positivismo comtiano y spenceriano que alentó el modelo de desarrollo usado por Porfirio Díaz y el grupo conocido como los
científicos. Los ateneístas, mediante una serie de conferencias y diferentes
esfuerzos culturales, activaron una nueva conciencia reflexiva en torno a la
educación.
Antecedentes.
Durante los últimos años del Porfirito, Justo
Sierra pugnó por la creación del
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, Porfirio Díaz accedió a su petición y lo nombró responsable del
mismo, de esta forma, el sistema educativo se encaminó hacia la modernidad.
Paralelamente un grupo de jóvenes lectores de Platón, Kant, Walter Pater, Friedrich
Nietzsche, ÉmileBoutroux, Henri Bergson y de José
Enrique Rodó deseaban
un cambio del sistema, pues consideraban que las humanidades habían sido relegadas por la corriente positivista
apoyada por el grupo de los científicos del
gabinete presidencial.
En 1903 y
1904 se realizaron conferencias en la Escuela Nacional Preparatoria en las que participaron, a manera de lecturas
literarias, Jesús Urueta, Amado Nervo y Luis G. Urbina, este hecho influyó a los futuros
ateneístas que publicaron sus trabajos en la Revista Moderna, en la Revista
Moderna de México y en la Savia Moderna.[1]
En febrero
de 1907, en el marco de la celebración del primer aniversario de la Sociedad de
Alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria, se celebró una velada literaria,
en esta ocasión asistieron el ministro Justo Sierra y el director Porfirio
Parra. Destacó
el discurso de "Alocución", de Alfonso Reyes Ochoa, el cual hablaba de la necesidad de
equilibrio entre lo material y lo espiritual, haciendo una crítica a la
corriente positivista a quien veía como una fórmula para reducir la conducta de
las personas a fórmulas algebráicas. Durante ese año se realizó una
manifestación en honor a Manuel Gutiérrez Nájera y el arquitecto Jesús T. Acevedo fundó la Sociedad de Conferencias.[2] De esta forma las reuniones se
celebraron periódicamente en el Casino de Santa María, participaron Alfonso Cravioto, Antonio Caso, Pedro Henríquez Ureña, Rubén Valenti, Jesús T. Acevedo y Ricardo Gómez Robelo.
En marzo y
abril de 1908 las conferencias se pronunciaron en el Conservatorio Nacional de
Música añadiendo a éstas, interpretaciones musicales de Alba Herrera y Ogazón,
Alberto Usrúa, Aurelio M. López, Manuel Tinoco y Carlos del Castillo.
Participaron Antonio Caso, Max Henríquez Ureña, Genaro Fernández McGregor, Isidro Fabela y Rubén Valenti. Se realizó una manifestación
a la memoria de Gabino Barreda y al apoyo de la Escuela Nacional
Preparatoria, participaron el médico y político Francisco Vázquez Gómez, Pedro Henríquez Ureña, Ricardo Gómez Robelo, Alfonso Teja Zabre. En el Teatro Virgina Fábregas
participaron Alfonso Cravioto, Rubén Valenti, Rodolfo Reyes Ochoa, Diódoro Batalla, e Hipólito Olea. En el Teatro Arbeu, Antonio
Caso, el poeta Rafael López y Justo Sierra
Fundación.
El 28 de
octubre de 1909 se fundó el Ateneo de la Juventud, sus reuniones se celebraron
de forma cotidiana en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Las conferencias fueron patrocinadas
por el secretario de Instrucción Pública Justo Sierra y el subsecretario de
Bellas Artes Ezequiel A. Chávez. Hacia principios de 1910 eran miembros de la
Ciudad de México, escritores, músicos, pintores, arquitectos, ingenieros,
abogados, médicos y estudiantes, entre ellos destacaron : Jesús T. Acevedo,
Roberto Argüelles Bringas, Antonio Caso, José Escofet, Isidro
Fabela, Nemesio García Naranjo, Ricardo Gómez Robelo, Carlos González Peña, Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes Ochoa, Mariano Silva y Aceves, Alfonso Teja Zabre, Julio Torri y José Vasconcelos Calderón; entre los residentes externos
estaban Max Henríquez Ureña, Efrén Rebolledo y Diego Rivera. A finales de ese mismo año se
incorporaron Enrique González Martínez, Antonio MedizBolio y Martín Luis Guzmán. A iniciativa de Justo Sierra se
fundó la Escuela Nacional de Altos Estudios y la Universidad Nacional de México.[4]
El Ateneo
de la Juventud llegó a tener cerca de cien miembros, vivió hasta 1914. En
septiembre de 1912, con un esfuerzo común de los integrantes del Ateneo, se
creó la Universidad Popular Mexicana.
Visión.
Los miembros del Ateneo llamaron a dotar a la educación en México de una visión más amplia, que
rechazará el determinismo biológico del racismo y que encontrará una solución
al problema de los costos de los ajustes sociales generados por grandes
procesos de cambio como la industrialización o la urbanización.
No sólo eso. Frente a la posición oficial del
gobierno de Porfirio Díaz, y los científicos, llamados así de manera despectiva
en el habla popular mexicana, José
Vasconcelos y la generación del Ateneo promovieron una crítica de la visión única
del pensamiento filosófico positivista y determinista. La generación del Ateneo
propuso la libertad de cátedra, la libertad de pensamiento y, sobre todo, la
reafirmación de los valores culturales, éticos y estéticos en los que América
Latina emergió como realidad social y política. Aquí es importante destacar que
una de las características más importantes del porfiriato es justamente el de
su desdén por lo nacional mexicano, su fascinación con lo europeo, lo francés,
lo alemán o, si nada de esto era posible, lo estadounidense, como única
alternativa viable para alcanzar el progreso.
"Volved los ojos al suelo
de México, a los recursos de México, a los hombres de México...a los que somos
en verdad".
Antonio
Caso.
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